Crece el uso de curasemillas biológicos en trigo

La campaña de trigo y cebada 2020 ya está en marcha. Entre las decisiones importantes que el productor está tomando, se encuentra la elección del tratamiento de semillas. 

Hoy los productores buscan curasemillas que le aseguren mayor residualidad en el control de enfermedades iniciales, para así retrasar  las aplicaciones foliares lo cual implica reducir costos.  Lo diferente en esta campaña es que una gran cantidad de productores se inclinan por incorporar tratamientos de semillas biológicos y están descubriendo que son tan efectivos como los químicos. 

Consultados por este medio, asesores del sur de la Prov. de Buenos Aires manifiestan que la alternativa biológica les interesó, en principio por reducir la cantidad de productos químicos en el suelo, para bajar costos y para evitar la aparición de resistencias.

En cuanto a los productores de cebada lo que más les preocupa es si existe aprobación de parte de las malterías para el uso de estos productos, y están dispuestos a incorporarlos pensando en el mercado a futuro. Si las malterías dan el ok, y los productos logran los registros que otorga el Senasa para la utilización en el cultivo, el crecimiento de los tratamientos biológicos tiene luz verde para crecer.

Según las primeras estimaciones el uso de los tratamientos de semillas biológicos estaría en el orden del 18% del mercado en esta campaña 2020. 

Consultados sobre los valores que pesan a la hora de decidir usar un curasemillas biológico, los trigueros sostienen que en primer lugar los atrae la inocuidad para el ambiente, el suelo y las personas, lo segundo es contar con una nueva alternativa para evitar la aparición de resistencias, lo tercero es bajar costos, y lo cuarto es que el producto tenga la residualidad que tienen los químicos.  

Resistencia actual:

La aparición de resistencia por parte de las enfermedades que puedan reducir la efectividad de los activos disponibles en el mercado, es uno de los principales problemas de la agricultura actual. Y en ese contexto los tratamientos de semillas biológicos abren una nueva puerta con resultados promisorios.  Sin ir más lejos la mancha amarilla en trigo está presentando resistencia ante uso de mezclas comunes y sobre todo en las mezclas de triazoles y estrobirulina. Y si bien hoy los productores están incorporando tratamientos con carboxamida, su uso reiterado va camino a generar la aparición de una nueva resistencia. 

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