Un insecticida biológico para controlar isocas en soja
El mercado de los insecticidas para soja es tan amplio que puede ir desde productos banda roja hasta productos biológicos que controlan la plaga objetivo sin afectar a la población de insectos benéficos.
El objetivo del productor es siempre el mismo: lograr un buen poder de volteo, alto nivel de control y poder residual. Lo que no es siempre igual, es el conocimiento que ese mismo productor pueda tener sobre las tecnologías disponibles en el mercado para tal fin.
Entre los insecticidas biológicos disponibles en Argentina se encuentra Neemazal 1.2, el primer insecticida - acaricida de origen botánico a base de Azadiractina intacta registrado en Argentina. Está formulado con coadyuvantes utilizados en la industria alimenticia. Se trata de un insecticida sistémico de amplio espectro, que actúa principalmente por ingestión y también por contacto, sobretodo en el estadio juvenil. Tiene efecto antialimentario, repelente y regulador del crecimiento (IGR), afectando la fertilidad de los huevos y la reproducción de la plaga. Su particular actividad enzimática inhibe mecanismos de resistencia de los insectos y ácaros. No es un producto de efecto volteo, pero SI detiene los daños producidos por los insectos rápidamente.
En soja controla Isoca de las leguminosas (Anticarsia gemmatalis) e Isoca medidora (Rachiplusia nu).
Se aplica 2,8 lts/ha Cuando la mayoría de las larvas se encuentran en los primeros estadios.
Resistencia a activos:
De más está decir que este producto permite tener una nueva herramienta para pensar en una rotación de activos a la hora de evitar que las plagas desarrollen resistencia.
El producto Neemazal 1.2 EC y lo comencializa la firma Wayne Agro.