"Los controladores biológicos funcionan muy bien en el control de plagas"
El ingeniero agrónomo Javier Vázquez es asesor privado y especialista en control de plagas agrícolas. Con más de 20 años de experiencia en el sector Vázquez se refiere, en este caso, al control integrado de plagas a partir de activos biológicos.
“El ambiente, las condiciones ambientales hacen al desarrollo de diferentes patógenos, o entomopatógenos que favorecen el control de plagas, algo que sucede en el cultivo de soja y en otros cultivos. Durante las últimas campañas se han generado microclimas que se creaban dentro del cultivo de soja, favorecieron el desarrollo de hongos patógenos que controlaban las larvas de lepidópteros. Es por eso que en los últimos años hubo poco ataque de lepidóptero” sostiene.
“Si se dan las condiciones ambientales para el desarrollo de controladores biológicos, estos funcionan muy bien en el control de plagas. Hoy se está trabajando también tratando de sintetizar análogos de esos controladores biológicos para transformarlos en productos comerciales o bioinsumos, o bien buscando una estrategia a partir de facilitar las condiciones de desarrollo y utilidad de esos controladores biológicos. Eso sirve para rotar formas de control y así evitar la aparición de resistencias de las plagas hacia activos químicos, que son los que en su mayoría se han usado hasta ahora”.
“Para rotar químicos con control biológico, o usar ambas estrategias de manera integrada, hace falta trabajar de manera ordenada, con diagnósticos precisos y considerando las características de la zona, pero claro que se puede combinar bioinsumos o bioinsecticidas con químicos” afirma.
El manejo integrado de plagas es un sistema de selección de técnicas de control integradas en una estrategia de manejo. También se lo define como un “sistema de regulación de plagas, que teniendo en cuenta su hábitat y la dinámica poblacional de las especies consideradas, utiliza todas las técnicas y métodos apropiados compatibilizando al máximo su interacción con el objeto de mantener las plagas en niveles que no originen daños económicos
“A partir de la estabilidad del sistema y tras varios años de siembra directa, tiene lugar un aumento en abundancia y diversidad en la fauna del suelo, compuesta en su mayoría por invertebrados moluscos (caracoles y babosas), anélidos (lombrices) e insectos. “Algunos de estos organismos se comportan como plagas, mientras que otros son reguladores de éstas o actúan en la descomposición y humificación de los residuos orgánicos, en la movilización de macro y micronutrientes y en la estructuración y agregación del suelo”, concluye Vázquez.
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