En el legado familiar que va de la A a la Z de los bioinsumos
Muchas de las palabras que definen el modelo de negocio sustentable al que apuesta Jimena Sabor desde Síntesis Biológica no estaban en el vocabulario colectivo cuando ella fundó la empresa en 2006, junto a Estefanía Reati.
Como si fuera un legado familiar, la mirada circular que decidió asumir viene de su padre, el ingeniero agrónomo Roberto Sabor, que también acercó a esta bibliotecaria de formación al mundo de la producción y del agro.
“Él tenía ideas muy progresistas para la época. Comenzó con una empresa de microorganismos para tratar desechos de guano de cerdo a la que me sumé en 1998”, recuerda, cuando se concretó el primer trámite de registro ante el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa).
En ese camino que combina sustentabilidad, innovación y espíritu emprendedor siguió avanzando hasta crear su propia compañía ocho años después.
Síntesis Biológica desarrolla, produce y vende bioinsumos agrícolas, tanto para el tratamiento foliar (hojas y cultivos) como para las semillas, y también trabaja en fungicidas. Tiene una planta en Córdoba con laboratorio y depósitos en Rosario, en Miramar y en San Luis.
“Nuestra propuesta de valor es generar soluciones ambientales, poniendo a disposición del productor estas nuevas prácticas y tecnologías biológicas, para poder producir alimentos de manera sostenible”, explica Jimena.
La firma también mantiene convenios de investigación abierta con la Universidad Nacional de Córdoba y con una fundación para desarrollar productos e incursionar en la biotecnología.
Con el avance –aún lento pero sostenido– de la producción de alimentos orgánicos en el país, se convirtió en proveedora del sector y la propia Jimena impulsa, desde hace tiempo, la actividad con su actuación en el Movimiento Argentino para la Producción Orgánica (Mapo) y ahora en la Cámara Argentina de Bioinsumos (Cabio).
“Hoy ya no se puede hablar de sustentabilidad sólo haciendo alusión a lo ambiental. Los modelos de negocios requieren una mirada también a lo social”, afirma.
Por interés personal, la empresaria también pone tiempo y energía a otro aspecto, muy distinto, de la sustentabilidad: trabaja por impulsar liderazgos responsables y con equidad de género en redes como Fundación Flor, presidida por Andrea Grobocopatel; también en el colectivo Mujeres Rurales y en Agenda por la Igualdad.
“La mayor participación de mujeres en las organizaciones es un factor clave para lograr equilibrios”, asegura.
FUENTE: LA voz del Interior
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