Robótica para el control de malezas
Investigadores del grupo de Agricultura Robótica de la Universidad Harper Adas, en Gran Bretaña, están tratando de encontrar una solución para digitalizar la manera de aplicar fitosanitarios. Cada vez se fabrican sensores más sensibles y precisos que "pueden medir la complejidad del ecosistema en cada metro cuadrado de tierra cultivable”, explica el profesor Simon Blackmore, director del equipo.
Dado que esos sensores podrían integrarse, dentro de algunos años, a drones voladores y a sistemas robóticos de tierra, la agricultura del futuro será muy distinta a la de ahora, dice el experto. "Estamos desarrollando toda una serie de máquinas inteligentes que, probablemente, remplazarán a los tractores y a las cosechadoras”, subraya. "Y también trabajamos actualmente en un sistema para remplazar a los herbicidas. El proyecto que estamos desarrollando se llama "escarda a láser”.
Un cañón láser contra las malezas:
El robot de Blackmore se llama "Hyperweeder” y está pertrechado con cámaras y una computadora. Puede identificar hasta 26 tipos de maleza gracias a un programa centrado en el reconocimiento y elaboración de imágenes. Analiza la forma de la planta para hallar el meristemo, es decir, el tejido vegetal donde se originan nuevas divisiones celulares que dan lugar al crecimiento. Luego, el robot dispara contra el meristemo con un cañón láser en miniatura. La planta se calienta a 95 grados, lo cual impide que siga desarrollándose.
Otra versión del robot Hyperweeder tiene una pistola pulverizadora en lugar de un cañón de láser, y puede disparar un herbicida. Eso tiene la ventaja de que, como el producto solo llega a la maleza y no afecta ni a las hojas de las plantas de cultivo ni al suelo, podría ahorrarse un 99 % del herbicida usado. De ese modo, disminuiría también la contaminación del medioambiente y los alimentos contendrían mucho menos cantidad de restos de herbicida, amén de lo que se podría ahorrar al usar menos litros del mismo.
La agricultura de precisión está en pañales:
Todavía no existe una verdadera "agricultura de la precisión”, como la llama Blackmore, pero algún día esta ayudaría a reducir costos, mejorar las cosechas y proteger el medioambiente, sobre todo de cara al crecimiento de la población mundial. Los métodos de ese tipo de agricultura permitirían cultivar más alimentos con un gasto menor de energía y de herbicidas, en una superficie menor. A eso se suma el cambio tecnológico. Según el experto, los agricultores deben despedirse de los procedimientos tradicionales, en los que se usan grandes cantidades de productos químicos y grandes maquinarias. Los tractores pesados son perjudiciales para el suelo, ya que lo compactan y arruinan el subsuelo. "Un 90 por ciento de la energía”, dice Blackmore, "se utiliza para que esos suelos vuelvan a ser cultivables luego de la cosecha.
Las máquinas más livianas y los métodos agrícolas con los que se minimiza e incluso se elimina el arado son las más benévolas para el ecosistema. Si se lograse desarrollar sistemas robóticos para la agricultura de precisión, el arado ya no sería necesario y los costos serían menores. Eso, si emplear esos robots no cuesta tanto dinero. "Ya no podemos trabajar de acuerdo con valores promedio”, opina Blackmore. "En lugar de una agricultura unificada, que trata de homogeneizar los terrenos de cultivo, necesitamos una agricultura flexible, que se adapte a las condiciones locales del suelo, al clima, al microclima, a las plagas del lugar, entre otros factores”. Claro que esto aún tardará algunos años.
Fuente: Engormix
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