RAVIT y UPL trabajan con “cultivos resilientes”
La resiliencia es la capacidad de superar la adversidad. Y eso es lo que la Red Agropecuaria de Vigilancia Tecnológica (RAVIT) comenzó a analizar en los cultivos de maíz del norte de Córdoba tras la aplicación de Biotron Plus, un fertilizante foliar líquido con actividad bioestimulante que permite recuperar cultivos afectados por estrés biótico o abiótico.
En el norte de Córdoba, los períodos críticos del maíz coinciden normalmente con situaciones de estrés hídrico y calórico. A raíz de ellos, RAVIT incorporó el uso de las biosoluciones para la recuperación de los cultivos como nueva arista de estudio. El proyecto se lleva a cabo junto a productores que componen la red, cuenta con la asistencia del Centro de Investigaciones Agropecuarias (CIAP) de INTA y de la Universidad Católica de Córdoba quienes se encargan de las mediciones fisiológicas y el análisis científico de los datos. A su vez, tiene el aporte de UPL con su producto Biotron Plus y todo el know how del programa Pronutiva, que combina el uso de protección de cultivos con biosoluciones.
“La experiencia consiste en la aplicación de 1,5 lt/ha de Biotron Plus durante la ventana fenológica del maíz (de V8 a V10) en 15 campos de las más de 2 millones de hectáreas que abarca la red de RAVIT en el centro-norte de Córdoba. Además, entre ellos se seleccionaron otros tres sitios específicos para hacer mediciones más exhaustivas y poder correlacionarlas así con la respuesta en rendimiento”, explica Daniel Germinara, gerente de Biosoluciones de UPL Argentina.
Para ello, el equipo de RAVIT sumó a las 120 variables que se miden habitualmente una serie de datos provenientes de sensores “in situ” y sensores satelitales, un paso hacia el “smart farming” que significa una nueva catarata de datos agroclimáticos y de evolución de cultivos digitalizados. Con los distintos indicadores del estado del cultivo recabados se podrá realizar una comparación entre los lotes testigo que no tuvieron ningún tipo de aplicación con las franjas tratadas con el fertilizante con acción bioestimulante Biotron Plus.
A su vez, en un análisis más exhaustivo, un equipo del INTA y de la Universidad Católica Argentina realiza un seguimiento evolutivo en tres sitios específicos del proyecto. En una serie de visitas, miden distintas variables fisiológicas que incluyen la fluorescencia de clorofila, la permeabilidad de las membranas, los procesos oxidativos, la temperatura foliar y el estado hídrico del cultivo.
“Con toda esta información buscamos alcanzar un posible modelo predictivo para mitigar el estrés en el cultivo de maíz”, comenta Germinara. En ese sentido, está probada la eficiencia de Biotron Plus en etapas post emergentes del cultivo de maíz, pero con este estudio se busca mostrar los posibles beneficios de anticipar aplicaciones que funcionen en realidad como “protección para el estrés”.
Formulado en base a macro y micronutrientes, Biotron Plus es un fertilizante con actividad bioestimulante que promueve el crecimiento vegetal y restablece la fisiología normal de la planta en condiciones climáticas adversas. Por un lado, la folcisteína estimula los mecanismos de defensa, ya sea por bajas temperaturas, exceso de calor, o sequía. Pero a su vez, los ácidos húmicos favorecen la asimilación de nutrientes permitiendo un crecimiento más rápido, uniforme y vigoroso del cultivo de maíz.
UPL posee una amplia paleta de biosoluciones que se integran a la protección de cultivos en el marco del programa Pronutiva, uno de los segmentos que más ha crecido en los últimos años. A su vez, como segunda compañía a nivel global del segmento biosoluciones y en el marco de su propósito OpenAg, participa del proyecto “Cultivos Resilientes” ya que se trata de un paso más en la construcción de una red de agricultura que busca un crecimiento sostenible para todos.
“Creemos que con este nuevo proyecto se suma una herramienta de manejo más para la toma de decisiones. Estamos convencidos que un producto como Biotron Plus reduce el efecto negativo del ambiente y mejora la condición interna fisiológica del maíz, logrando así un aumento de los rindes y un mayor beneficio económico para el productor”, finaliza Germinara.
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