Producción biológica en Italia, un auténtico negocio sustentable
Por Anahí Letizia Zendron - Enóloga
"Estamos en Trentino. Para quiénes no supieran dónde nos encontramos les contamos que la provincia de Trento junto a la de Bolzano forman la Región Autónoma “Trentino-Südtirol”, en el norte de Italia. En este magnífico paisaje del corazón de Europa, patrimonio natural de la Humanidad, visitamos la “Azienda agricola Ca’ de l’Albera” con sede en Aldeno, una pequeña localidad trentina con aproximadamente 3.000 habitantes".
Diego Beozzo, titular del emprendimiento AZIENDA AGRICOLA Ca’ de l’Albera, nos recibe junto a su esposa Maddalena, en la cocina de su casa. Diego Beozzo ha elegido el método biológico de cultivación y es justamente desde aquí que decido empezar.
¿Por qué has elegido el método biológico y desde hace cuántos años?
Empezamos hace 10 años con las primeras experimentaciones eliminando paulatinamente los venenos más cáusticos que se usaban en la agricultura. Actualmente usamos el cobre y el azufre que son los dos fundamentales y para los insecticidas, si tuviésemos la necesidad, el piretro. Este año, por ejemplo, no lo hemos usado. Para la botrytis usamos la cabasite que es una arcilla o concentraciones de bacterias previamente seleccionadas. Esto último lo hemos utilizado en años anteriores. Cubriendo totalmente las hojas, el patógeno no ha tenido más espacio. Nos daba buenos resultados pero la empresa que los preparaba cerró y tuvimos que cambiar método. Evidentemente no se vendía tanto. Como abono sólo utilizamos el estiércol de los animales.
El Piretro es un Insecticida permitido en agricultura biológica cuyo principio activo es de origen natural. La “piretrina” se extrae de la flor del Chrysanthemum cinerariifolium, una planta africana. Las flores del “piretro” natural que parecen margaritas, se cultivan desde tiempos remotos, se secan y se trituran hasta obtener un polvo que se diluye para combatir parásitos e insectos.
A nivel de cuidado de las plantas de vides, ¿ustedes siguen un determinado programa?
Sí, se inicia inmediatamente con la eliminación de los brotes en exceso y luego se hace una limpieza de las plantas completamente a mano y sucesivamente en modo mecánico sólo cuando es imprescindible pero a 40 días de la cosecha. Una determinada superficie de las hojas es necesaria para que el racimo pueda madurar. Hoy existen máquinas con las que podemos hacer el deshierbe sin dañar las plantas. Alternamos el manual al mecánico.
Por lo tanto la producción en tus viñedos es completamente biológica.
Sí, es todo biológico. Nuestra producción es sólo biológica.
¿Cuál es la diferencia entre el biológico y el tradicional para quiénes no son del sector?
En el cultivo biológico hay que prestar suma atención a las lluvias porque hay que tratar las plantas con cobre el día antes de que llueva. Hacerlo al día siguiente no sirve para nada y por este motivo hay que prestar atención, cotidianamente, al informe del clima. Si se logra hacer esto, no deberíamos tener ningún problema. También depende de las zonas porque, por ejemplo, en el fondo del valle la humedad es mayor que en la colina donde se seca antes entonces en la colina es más sencillo tratar o condicionar las plantas para el biológico.
¿ Con respecto a la demanda del biológico, ¿en estos últimos años han notado un aumento?
Absolutamente sí. Hoy existe una mayor atención al biológico, la gente presta muchísima atención a la proveniencia lo que nos indica que lentamente esta es la dirección que deberíamos tomar. Justamente, se deberían cultivar superficies mucho más grandes porque es inútil un cultivo a “sectores”. Si todo fuera biológico se transformaría en una realidad mucho más interesante.
O sea, desde su punto de vista, ¿todos los viticultores deberían orientarse hacia el biológico?
Exacto, porque en los campos confinantes la cultivación biológica es relativa ya que los agroquímicos llegan de todas maneras. Si las extensiones cultivadas fuesen más extensas, la calidad del biológico aumentaría.
Por consiguiente, sería mejor potenciar los cultivos biológicos…
Así es. Si todos practicáramos el mismo tratamiento la producción sería completamente biológica ya que al menos 2 filas de viñas con los campos confinantes que cultivan tradicionalmente, se pierden en una proporción de aproximadamente 3.000/4.000 metros por cada hectárea cultivada. Por un lado, son cada vez más los viticultores que están pasando al biológico. Por otro lado, muchos son también fruticultores que han tratado de usar un sistema mixto que la ley no permite. La ley provincial establece que, si se pasa al biológico todo debe ser biológico y el problema se les presenta propio con la fruta. Muchos quisieran pasar al biológico con las viñas sin toca el cultivo tradicional para las frutas porque les resulta más cómodo y la ley los frena. De todas maneras, estamos observando un cambio gradual también con respecto a la fruta, sobre todo con las manzanas.
A nivel legislativo, ¿existen controles en Italia?
Sí, por supuesto. Con respecto al biológico, hay que inscribirse a nivel provincial y llegan con regularidad a inspeccionar las plantas. También cuando llevamos la uva a la cantina cooperativa (1) porque una parte de la producción nos la quedamos para uso propio y otra parte la llevamos a la cooperativa- nos controlan toda la producción. En este momento, existen incentivos para pasar del tradicional al biológico y ellos mismos nos dan específicas directivas.
Cuando llevamos nuestra producción, hacen inmediatamente el control de calidad doble: una muestra nos la entregan a nosotros y la otra va a la Provincia. Si encontraran algo que no funciona, descalifican toda la cantidad entregada. Hay que prestar muchísima atención porque una descalificación del producto significa pasar de 100 a 40 euros por cada quintal lo que se traduce en haber trabajado para nada. En esta operación es importantísimo eliminar previamente la cosecha de la zona confinante porque si el vecino trató sus manzanas con agroquímicos el día antes… se compromete todo el trabajo. El principio de las dos filas es la “teoría” porque el viento lleva estos productos a cientos y cientos de metros. Todo depende de la tecnología que los vecinos aplican con respecto al cultivo tradicional. Hoy, todo es controlable. Existen los atomizadores llamados “antideriva” para aplicación foliar de productos. Sirven, por ejemplo, para que las gotas se depositen sobre las hojas y no sean transportadas por el viento. Aquí es obligatorio utilizarlos cuando los campos están cerca de las escuelas, de los centros habitados en general o sencillamente expuestos a la gente que pasa.
(1) El Trentino es famoso por su sistema cooperativo, ideado por el sacerdote Lorenzo Guetti que a fines del ‘800, habiendo sido nombrado presidente del Consorcio Agrario de Santa Croce con el objetivo de contribuir a mejorar la agricultura y la ganadería en el territorio, propuso una gestión económica de tipo cooperativo según el modelo de Federico Guglielmo Raiffeisen. El 28 de septiembre de 1890 se funda la prima Sociedad Cooperativa de bienes y consumo y en 1892, el primer banco cooperativo del Trentino
AZIENDA AGRICOLA Ca’ de l’Albera de Diego Beozzo, Aldeno, Trentino, Italia
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