La solución híbrida que facilita la transición hacia el uso de biológicos
En la decisión de los agrónomos de usar un producto químico o uno biológico para los cultivos, parece emerger una tercera opción: aplicar una mezcla de ambos. El vicepresidente comercial de la firma israelí STK Bio-Ag Technology, Yair Nativ , explica que una fórmula que combina productos químicos tradicionales con otros de origen orgánico ha sido una opción que ha ayudado a que muchos productores en América Latina avancen hacia opciones biológicas. “Es un puente hacia el futuro”, dice. “Hace mucho más fácil la adopción en el campo hacia un manejo con opciones biológicas”.
Él y su empresa lo han visto de manera directa. STK lanzó hace unos años al mercado un biofungicida cuyo ingrediente activo era un aceite del árbol de té (neem). Un producto totalmente natural y que se comercializa bajo las marcas Timorex Gold o Timorex Act, el cual está registrado para su uso en gran parte de América Latina y que fuera comercializado por Syngenta en Argentina hace algunas campañas atrás. “Cuando tienes un producto que es solo biológico, o ioinsumo, hay que ser muy específico en cómo usarlo, con qué enfermedad usarlo y cuándo usarlo”, dice Nativ. “Hay que ser muy técnico”. En 2017 lanzaron Regev, una solución híbrida que combina su extracto del árbol de té con difenoconazol, un químico usado tradicionalmente para evitar que un amplio grupo de patógenos completen sus procesos de infección en las plantas. Este producto híbrido viene en dos formulaciones: una con dos partes biológica y una química, y otra que va en partes iguales.
Ver además: https://www.agribio.com.ar/noticias/un-insecticida-biologico-para-controlar-isocas-en-soja
Foco en la exportación:
El producto híbrido, si bien no puede considerarse como biológico, cuenta con las ventajas de ambos modos de acción: con simpleza de uso, alta efectividad y bajos niveles de residuos, un factor clave para exportar a mercados altamente regulados en este sentido, como el europeo.
Nativ dice que Regev está justamente pensado para la agricultura de exportación: si bien no está autorizado aún su uso en los cultivos de Europa (“un proceso de autorización que demora mucho, demasiado”, señala), sus bajos niveles de residuos químicos están por debajo del máximo que exige la normativa en el viejo continente (los MLR, por Maximum Residue Levels).
Regev tiene una amplia gama de usos en los cultivos, desde las viñas hasta las hortalizas de hoja y los cultivos de gran superficie, como la soja y la remolacha azucarera. Gracias a su acción biológica única, puede ganar terreno como herramienta de gestión de la resistencia para una amplia gama de productores.
Funciona como un producto convencional: su almacenamiento y aplicación son iguales, lo que facilita el manejo a los agricultores.
Origen Latinoamericano:
La firma que también tiene un negocio importante en Estados Unidos, tiene una relación especial con América Latina. De hecho, comenzó su giro en 1994 comercializando productos químicos elaborados en China para venderlos en América Latina, bajo el nombre de Stockton. No obstante, el fundador de la compañía, Peter Tirosh, entró en contacto con un laboratorio ubicado en las Alturas del Golán, en el norte de Israel, que estaba experimentando con una solución botánica: un fungicida elaborado a partir de un extracto del árbol de té. La historia se cuenta rápida dese entonces: compraron la start up y al poco tiempo abandonaron la comercialización de todos los productos químicos para enfocarse en biológicos.
En 2012 lanzaron Timorex Gold, el primer producto basado en el aceite del árbol de tea y en 2017 lanzaron su primer híbrido Regev. En 2019 y 2020 firmaron acuerdos de distribución con firmas como Syngenta, Adama, con los que opera en América Latina, y la ibérica Ascenza.
Una de las decisiones que debieron tomar al momento de lanzar Regev fue con qué químico formularlo. Se optó por el difenoconazol porque es “el que tiene la mayor chance de mantener su registro de uso en la Unión Europea”, dice Nativ. “Creemos que el difenoconazol va a ser el último integrante de la familia de los conazol que se mantendrá en el mercado”.
FUENTE: Red Agrícola
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