Análisis del microbioma: la clave para una estrategia de bioinsumos
Las interacciones entre los microorganismos que viven en el suelo se pueden estudiar tal como se pueden analizar las redes entre personas en una plataforma social como Facebook, Twitter o Instagram. Así lo señala el científico español Alberto Acedo, quien dice que conocer y estudiar las relaciones entre las bacterias y hongos microscópicos que viven bajo los cultivos puede permitir predecir su comportamiento y, de paso, anticipar qué producto biológico de nutrición o de protección puede ser el más adecuado para una plantación específica. “Los mismos algoritmos que las redes sociales utilizan para entender las relaciones humanas, nosotros las ocupamos para conocer la interacción entre los microorganismos”, dice Acedo, quien es fundador y jefe científico (CSO) de la firma californiana Biome Makers.
Tal como lo sugiere su nombre, la firma, fundada en 2015 en California, estudia y recomienda acciones para manejar el microbioma, el conjunto de bacterias y hongos microscópicos que viven en el suelo y que son claves para la efectividad de soluciones botánicas que se apliquen a los cultivos. Algunas de sus conclusiones serán presentadas en una charla en la primera de las seis series de Bioestimulantes y Biocontrol que Redagrícolas presentará a lo largo de 2022, con el objetivo de presentar los últimos avances en materia de insumos biológicos para el campo.
Ver también: https://www.agribio.com.ar/noticias/llegan-las-series-sobre-bioestimulantes-y-biocontrol-organizada-por-redagricola
En su presentación, que se realizará el 28 de abril, Acedo explicará el singular y destacado esfuerzo que ha realizado Biome Makers en identificar, conocer y clasificar los microrganismos que viven en los suelos utilizados para la agricultura. “En las bases de datos científicas se conocen unas trescientas cincuenta mil especies de bacterias y unas 150 mil especies de hongos”, dice Acedo. “Nosotros, recogiendo muestras de miles de muestras de distintos cultivos de todo el mundo, tenemos ya registrados 10 millones de organismos diferentes”.
El trabajo de identificación lo hacen a través de las cadenas de ADN que no han sido registradas antes “y utilizamos el árbol de la vida para intentar donde las encajamos”, dice el científico de origen español. “Para nosotros es apasionante poder bucear en este tipo de información y hacer este tipo de estudios”.
Ciudades de microorganismos:
Tras identificar los distintos microorganismos, Biome Makers estudia la interrelación que se da entre ellos, sus redes, y los efectos que tienen esas sociedades ante distintos tipos de intervenciones humanas. “Cuando se aplica agricultura sostenible, orgánica y generativa, existe una especie de huella o de firma en esa red en la que todos los microorganismos parecen estar más interconectados con todos, una red que se conoce como no especializada, como si fuera una gran ciudad en que cada individuo tiene su rol”, dice el español. “Pero cuando se aplica agricultura convencional, con químicos, se genera una especialización muy grande del microbioma, una suerte de domesticación, que genera otra estructura de red”.
Ese tipo de conocimiento ha llevado a Biome Makers a armar complejos indicadores sobre la composición y el comportamiento del microbioma, con lo que se ha transformado en un referente tanto para productores agrícolas así como para sus proveedores de insumos que busca más eficiencia en la aplicación de fertilizantes, tanto convencionales como biológicos.
La tormenta perfecta:
Para Acedo, el salto en el precio de los fertilizantes tradicionales, debido al conflicto en Europa, y el mayor interés de grandes empresas como Nestlé, Pepsico o MacDonalds para que sus materias primas resulten de procesos sostenibles han creado una tormenta perfecta para un mayor uso de productos biológicos en el campo.
No obstante, estos productos tienen dos desafíos centrales. “El primero es que hay muchos productos biológicos muy diferentes –con diferente composición, diferente producto activo-, etc. Y por otro lado hay mucha desconfianza acerca de la efectividad de ese producto, porque históricamente han funcionado muy bien bajo determinadas condiciones, pero en cuando se cambian las condiciones no lo hacen de la misma manera”, dice. “Muchas de esas condiciones dependen de la biología de esos suelos. Si yo utilizo una bacteria para mejorar la fijación de nitrógeno, pero en ese ecosistema, esa bacteria que estoy introduciendo, no es bien aceptada por el resto que vive allí, no funcionará. En Biome Makers ayudamos a entender esa interacción entre lo que yo pongo en ese lugar y su contexto biológico para que la aplicación de los bionutrientes, biofertilizantes o bioprotección den resultados”.
Fuente: Red agrícola
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